La fría armadura que ama

Vivo en el silencio lo que te quiero, bajo incógnito todo lo que me provoca el simple hecho de verte.
Soy una armadura fría, lúgubre y oscura por fuera, para que nadie descubra todo lo que guarda en ella. Los sentimientos que tu mirada provoca, las alegrías que brotan al verte, la felicidad que tu sonrisa contagia, el todo que tu todo a creado en mí.

Tanto tiempo con el mismo sentimiento hacía ti, tanto tiempo intentándolo volverlo a esconder para que todo se quedará en una simple pero hermosa amistad. Pero para qué mentirnos: no hay persona quien sustituya lo que tú, con tu forma de ser, has dejado en mí. Mi armadura fría, lúgubre y oscura apenas puede volver a contener lo que te quiero para que no lo notes, no espantarte.

Cuando te veo, la lúgubre armadura quiere desmoronarse, para volverte a mostrar tanto, lo viejo y lo nuevo. Pero entonces piensa: ¿qué sentido tendría volverte a decir, lo nuevo y lo viejo, los sentimientos que ya estaban y los que han venido? Y entonces la armadura se enfría más, encierra los sentimientos de nuevo. Todo queda aparentemente apagado, oscuro.

Hasta que de nuevo te vuelve a ver, escucha tus palabras, tu voz, observa tu mirada y tu sonrisa, absorbe esa energía que te caracteriza y te hace única. Entonces la armadura desea tanto besarte, dejarse llevar, pero entonces vuelven los pensamientos, la frialdad. ¿Para qué dejarse llevar, para romper una amistad? Y la armadura se vuelve más fría, más fría y resistente.

Pasan años y años, en los que viajamos, quedamos, compartimos momentos, y parece que la armadura ha logrado encerrar bien aquellos sentimientos que no tienen que ver con la amistad. Todo bajo control.

Pero un día te da por fijarte en los pequeños detalles que la hacen tan bella, tan única. Te olvidas del entorno, tu interior se descontrola, sólo existe su ser y la armadura que quiebra, se pierde y ya no sabe qué hacer con lo que guarda en su interior. No hay armadura que guarde y oculte el amor que sientes hacía alguien tan especial para uno mismo, por mucho que lo desees ocultar, pues ya se lo mostraste una vez.




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