Yo soy yo. Y si no te mola, te piras.

Fotógrafo: Alberto Santamarina Saez
Soy callado, pues déjame seguir callado. Que hablo poco, pues respétalo... Tú hablas mucho y lo respeto.

Me dices ''tienes que hablar con todos, tienes que hablar por los codos aunque sean tonterías. Habla hasta de lo que no te guste hablar y opina aunque esa no sea tu opinión. Dalo todo por gustar a los demás y evita las cosas que no les guste''. Pues si la única forma de socializar es hablar mucho y sacrificar quien eres por los demás, seré un ser solitario o de pocos amigos.

Hablo con quien quiero, cuando quiero y de lo que quiero. Odio perder el tiempo en conversaciones que no llevan a ninguna parte; más bien odio que me hagan perder el tiempo en cualquier tema. Prefiero ser persona de pocos amigos, con los que merece la pena gastar el tiempo en mantener una conversación largo y tendido, que intentar hacer muchos amigos hablando de temas insípidos y que no me aportan nada. Diré tonterías cuando las tenga que decir. Lo sé, esto puede sonar a que soy un soseras, pero al igual que respeto que seas una persona considerada "graciosillo" tú respetas mi sosería. ¿Te aburres? Ahí tienes la puerta, ¡márchate! A mí me da igual.

Que en una conversación para agradar al resto tengo que opinar igual que ellos... Verás, respeto que a algunas personas les gusten ser una especie de marionetas que adoran complacer a la mayoría, que se obsesionan por actuar como los demás. Que cuando hacen algo y los demás se quejan, se acojonan y no lo vuelven a hacer (por muchas ganas que tengan que hacerlo). Que presumen de tener muchos amigos, pero en su interior no hay nada. Y si lo hay, está encarcelado en un profundo hoyo impuesto por él mismo y por una sociedad donde se sacrifica el bien de uno mismo por el bien del resto. Pero yo, sinceramente, prefiero ser un ser único: poco atractivo para la muchedumbre; un ser con ideales que prefiere dar parte de sí mismo por alguien que se lo merece, que por una multitud de "amigos insipidos".

Me dicen ''tienes que vestirte de tal forma; ser de esta otra forma, para ligar mucho, para intentar acostarte con cuantas más mejor, para ir fardando de que "follas" mucho. En esta sociedad se ha impuesto el número sobre el ser. Importa más el número de personas con quien te acuestas, que la persona con quien te acuestas. Pues yo soy más de nombres, de conocer a las personas, de convertir un simple momento de sexo para consumir unas ganas fisiológicas, en un momento hermoso. Lo sé, seré cursi, pero es que los seres humanos no son algo tan simple como números. Tienen mente, tienen una vida, tienen una historia que merece ser conocida. Prefiero gustarle a una persona por lo que soy, que por lo que podría llegar a ser si hago lo que dictan los estereotipos de belleza.

O como cuando te crees que por ir contando a diestro y siniestro con quién te has acostado, qué le has hecho, cómo te lo ha hecho la otra persona, cómo ha reaccionado, hasta cuánto a tardado en llegar al límite sin saber si la otra persona está de acuerdo en que vayas contando sus intimidades. Recuerda: las personas no son números, son algo más. Tienen opiniones, y no todos opinan como tú. Y no a todos les gusta que difundas sus intimidades. Es tan triste recurrir a hacer esto para intentar mantener una conversación, para que te vean como el más "guay" y el más chulo del barrio. Sinceramente, cuando alguien hace esto me resulta tan triste...

Yo soy yo, y tú eres tú. Soy serio, soso y poco sociable. Prefiero la soledad a matar mi ser por los demás. Prefiero hablar cuando y de lo que tengo ganas. Pareceré antipático, egocéntrico o solitario, pero me importa un "carajo" lo que pueda parecer. Resulto un tanto egocéntrico, ¿verdad? Pues me mola.

Como yo les pasa a muchas mas personas. No hay que matar al ser que llevas dentro, ni encerrarlo. Hay que dejarlo libre. Primero es uno mismo, luego las personas que te importan y nada más. Si hablas por los codos pues sigue hablando y que nadie te pare. Si eres de pocas palabras y te gusta hablar cuando tienes ganas, sigue así. Viste como quieras, acuéstate con quien quieras, y trata a los demás como te gusta que te traten. A quienes no les guste, que cojan la puerta y se marchen. Punto final.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Poema a la Luna

HABLEMOS DE AMOR COMO LIBERTAD, NO COMO CADENAS.

Todo vuelve