Tu historia, la mía


La calma del día, la brisa del mar; tu piel que se eriza y que me dejas tocar. Las olas, la arena... Pasan las horas, pero merece la pena. Disfrutas, disfruto; tú y yo tan a gusto. La tarde oscurece, ya apenas se ve el horizonte. Me coges de la mano y yo te presiono a mi lado. Nos fundimos en un beso... Suave, húmedo, en el que nuestras lenguas se enredan y nuestras bocas se queman.

"¿Qué te parece si nos vamos a la habitación?" Yo no dudo en decirte si "sí" o "no", de lo único que dudo es que de aquí no salga sin perder la razón. Entramos, me miras, te miro... Nos abrazamos. Te siento un suspiro, un suspiro que me deja sin sentido.

Cómo te siento... Te quito la ropa, la voy tirando al asiento. Tú me quitas la mía, la vas tirando a la otra silla. Me lanzas a la cama y te vas tumbando encima. Me fascina, me excita, cuando tu cuerpo se inclina. Tu piel en mi piel; nos derretimos como la miel. Me tocas, te toco; me da vueltas el coco. Ternura y pasión se mezclan con locura y acción. 

Y así toda la noche... Perdiendo el norte...

Amanece. Entra el sol en la habitación y está radiante. Ella... Ella es la que está radiante. Abres los ojos y los míos se vuelven locos. Tu pelo alborotado, se merece ser amado. No paras de mirarme, y a mí me dan ganas de atarte; atarte a mí para que no puedas marcharte. 

Te levantas, andas,... Vaya gozada. Caminando desnuda sin pudor y segura. Me miras, sonríes; aquí no hay límites. Y es que tu cara... Me chifla tu cara, alumbra mi día como el sol a la mañana. Desde la cama contemplo tu llama y vienes a mí; nos estamos poniendo a mil. Y esa belleza que arrastras eclipsa mis ganas de lo malo... Lo malo que es inhumano... Recuerdos que no tienen frenos, pero que tú haces que desaparezcan tan sólo viendo tu cuerpo entero. Nena... Eres como las ramas de canela, endulzas mis penas. Como si de ti estuviera bebiendo desde una tetera. 

Miro el reloj y veo que todo pasa veloz. Nuestro rato se acaba; ya veo que te marchas. "¿Pronto nos volveremos a ver?" Sí, ¿y sabes por qué? Porque tú me has hecho volver a mi ser, y mi ser es algo que no quiero volver a perder. Vas andando, te vas alejando; después de darme un beso que me ha dejado sin aliento. Estoy alucinando, y es que aún tengo en mi mente tu cuerpo galopando. 

Tu historia, la mía... Sé que más ratos como estos tendremos para toda la vida.


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